El ejercicio cardiovascular generalmente se promueve como un beneficio para la salud cardíaca en general, pero a medida que los atletas continúan esforzándose hacia distancias más largas, podrían estar haciendo más daño que bien. Con la creciente popularidad de los maratones y las carreras de ultra resistencia, los investigadores han descubierto que muchos de estos atletas de resistencia enfrentan un mayor riesgo de aterosclerosis (acumulación de placa dentro de las arterias) y daño miocárdico (disminución del flujo sanguíneo al corazón). Sin embargo, los investigadores del Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM) creen que una dieta a base de plantas y sin lácteos puede no solo proporcionar protección cardiovascular, sino también mejorar el rendimiento, lo que permite a estos atletas seguir avanzando.
En una revisión de 2019 titulada "Dietas basadas en plantas para la seguridad y el rendimiento cardiovascular en deportes de resistencia", los autores analizaron una amplia variedad de estudios que sugerían que una dieta basada en plantas ofrecía cualidades cardioprotectoras y otros beneficios para la salud. Luego, la revisión aplicó estos beneficios a los atletas y explicó cómo cada uno podría mejorar el rendimiento atlético. Aprenda cómo una dieta sin lácteos puede ayudarlo a ser un verdadero atleta de resistencia y a mantener las millas durante los próximos años.
Masa corporal más magra
Según PCRM, se ha descubierto que quienes evitan los lácteos y otros productos animales tienen una mayor cantidad de masa corporal magra debido al menor contenido de grasa de esta dieta. Esto es causado por un aumento en el gasto de energía después de una comida, tasas más bajas de endotoxinas (que ralentizan el metabolismo) y un aumento en el VO2 Max, que permite usar más oxígeno durante el ejercicio intenso. Según nuestro científico de Switch4Good, cuanto más oxígeno se pueda usar, más se experimentará una "quemadura" atlética. En esencia, todo esto conduce a menos grasa en el cuerpo mientras se retienen los músculos no voluminosos que uno necesita para poder recorrer kilómetro tras kilómetro.
Mayor almacenamiento de glucógeno
Los carbohidratos se descomponen en glucógeno en el cuerpo y, durante el ejercicio intenso, el glucógeno es nuestra principal fuente de energía. Debido a que los atletas de origen vegetal tienden a comer más carbohidratos que aquellos que consumen productos lácteos y cárnicos (recuerde, las frutas y verduras son carbohidratos), pueden acumular un mayor almacenamiento de glucógeno y aprovechar todo su potencial de rendimiento. Con una cantidad suficiente de glucógeno almacenado, los atletas pueden sobrevivir a los que tienen menos reservas.
Viscosidad de la sangre
Como las dietas sin lácteos y basadas en plantas tienden a ser más bajas en grasas saturadas, existen menos partículas de lípidos en la sangre. Esto permite que la sangre sea menos viscosa (menos pegajosa) y se mueva más libremente por el cuerpo, entregando oxígeno a las células a un ritmo rápido. Esto permite que el cuerpo sea más eficiente durante el ejercicio, ya que sus células no se mueren de hambre por oxígeno. Los investigadores descubrieron que las dietas a base de plantas también aumentan la fuerza de nuestras arterias, que tienden a dañarse con el tiempo a medida que la sangre pasa por ellas. Las arterias fuertes son necesarias para los atletas, ya que apoyan el flujo de nutrientes a nuestro cuerpo y transportan productos de desecho (como el ácido láctico) durante el ejercicio.
Reducción de la inflamación
El ejercicio inevitablemente causa daños menores en los tejidos, son los componentes básicos del entrenamiento de fuerza, los pequeños desgarros en nuestros músculos se ven obligados a repararse y durante este proceso se fortalecen. Los radicales libres son un efecto secundario de este daño tisular y, a diferencia de los desgarros menores en nuestros músculos, los radicales libres pueden causar un daño importante a nuestro cuerpo, causando inflamación tanto aguda como crónica con el tiempo. Los antioxidantes suprimen estos radicales libres y permiten que el cuerpo se cure de manera eficiente. Como los alimentos de origen vegetal contienen de forma natural más antioxidantes que los alimentos de origen animal, los atletas que consumen alimentos de origen vegetal pueden reducir la inflamación posterior al ejercicio. PCRM también señaló que se ha demostrado que las dietas sin carne también reducen la inflamación crónica.
Con base en los hallazgos anteriores, la conclusión de esta revisión es bastante obvia: las dietas a base de plantas son ideales para la salud a largo plazo y el estado físico óptimo sostenido. Muchos atletas se concentran únicamente en las próximas seis semanas o seis meses, tomando al azar polvos “nutricionales” de origen animal o adhiriéndose a una dieta estricta basada en animales y rica en grasas para experimentar “ganancias” para su próxima competencia o carrera. Sin embargo, estos alimentos podrían perjudicar su rendimiento actual y su longevidad como competidores. Como atleta, no te rindes. Una dieta basada en plantas ayuda a asegurar que su cuerpo tampoco lo haga.